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La vida de Adèle (La Vie d’Adèle), dirigida por Abdelatif Kechiche, es una de esas películas que generan opiniones encontradas. Con su controvertido enfoque sobre la sexualidad y el amor lésbico, la película no solo dio que hablar durante su proyección en el Festival de Cannes, donde ganó la Palma de Oro, sino que continuó siendo objeto de debates intensos.

La película fue vista como un hito en el cine contemporáneo, mientras que también se enfrentó a críticas por su enfoque voyeurista y su tratamiento de las relaciones humanas. En este artículo, analizaremos las principales características de La vida de Adèle, desde su historia hasta las reacciones que suscitó en el público y la crítica.

La trama: el color azul como símbolo del descubrimiento personal

La historia sigue a Adèle (interpretada por Adèle Exarchopoulos), una joven de 15 años que vive en una sociedad donde el modelo tradicional de relaciones heterosexuales está fuertemente arraigado. Su vida cambia cuando conoce a Emma (Léa Seydoux), una joven de pelo azul que representa el mundo del deseo, la libertad y la madurez. Lo que comienza como una relación de amistad se transforma rápidamente en una historia de amor apasionada, pero también compleja, llena de contradicciones y juicios externos.

Lo interesante de La vida de Adèle es cómo, a través de los ojos de Adèle, somos testigos de su evolución emocional y sexual. El color azul, presente en el cabello de Emma, es utilizado de forma simbólica para representar ese despertar interior, esa transición de la adolescencia a la madurez y la búsqueda de la identidad sexual. A lo largo de la película, el azul aparece como una metáfora visual, simbolizando el cambio interno que experimenta Adèle y su camino hacia la autoaceptación.

La crítica a la dirección y la duración excesiva

Si bien la película cuenta con momentos de gran intensidad emocional, muchos críticos, como aquellos de LesbiEstupenda, han señalado que La vida de Adèle padece de ciertos problemas narrativos y estructurales. Una de las críticas más recurrentes es la duración de la película: sus 180 minutos pueden resultar excesivos, sobre todo cuando el ritmo parece volverse repetitivo y largo en varios pasajes de la historia. Además, la evolución de la relación entre Adèle y Emma, aunque profunda, cae en algunos clichés sobre el amor y el desamor que ya hemos visto en otras películas.

Aunque la actuación de Adèle Exarchopoulos es impecable y la cámara sigue a su personaje en momentos de gran vulnerabilidad, muchos consideran que la trama termina siendo superficial. Las interacciones entre los personajes a menudo se centran en conversaciones intelectuales sobre arte y filosofía, pero estas no parecen avanzar la historia de manera significativa. Las escenas sexuales, que en principio podrían haber aportado un realismo necesario a la trama, se ven cuestionadas por algunos por su explícita naturaleza y la forma en que parecen buscar el morbo más que una verdadera reflexión sobre la sexualidad femenina.

El impacto de las polémicas y las denuncias

Uno de los aspectos más polémicos de La vida de Adèle fueron las denuncias de las actrices protagonistas, quienes acusaron al director Abdelatif Kechiche de un trato obsesivo y tiránico durante el rodaje. Las actrices afirmaron que se les exigieron escenas incómodas y demasiado explícitas, lo que generó un ambiente de trabajo muy problemático. Estos comentarios generaron una gran división, pues mientras algunos apoyaron las críticas, otros defendieron la película como una representación artística que no debería verse reducida a los detalles detrás de cámaras.

Además, la creadora del cómic original, Blue de Julie Maroh, también expresó su desacuerdo con la película, afirmando que los personajes de la obra no se reconocían en la adaptación y que las escenas de sexo resultaban innecesarias y, en su opinión, pornográficas.

¿Un hito del cine o una decepción?

Aunque La vida de Adèle fue celebrada por su tratamiento de la sexualidad y su exploración de temas universales como el amor y el deseo, no todos coinciden en que sea una obra maestra. Las expectativas generadas por su éxito en Cannes y los elogios de la crítica no fueron suficientes para evitar que muchos consideraran la película como una experiencia superficial, en la que la trama se pierde en lo visual y lo erótico.

La película fue, sin lugar a dudas, un intento de llevar al cine una historia de amor lésbico sin precedentes en cuanto a visibilidad y tratamiento explícito del deseo femenino. Sin embargo, La vida de Adèle también ha sido criticada por algunos sectores del público por caer en la tentación del voyeurismo y la explotación del deseo de manera innecesaria. La falta de una reflexión más profunda sobre los conflictos internos de Adèle y la complejidad de su relación con Emma dejan a muchos con una sensación de vacío.

¿Una obra imprescindible?

Si bien La vida de Adèle es una película importante en muchos sentidos, especialmente por su representación del amor entre mujeres, no es una obra perfecta. Su excesiva duración, los problemas de ritmo y las controversias relacionadas con la dirección de Kechiche dejan en duda si realmente puede considerarse una de las mejores películas de la década. Aunque es innegable que ofrece una visión sincera de la adolescencia y el despertar sexual, la falta de profundidad en su tratamiento narrativo y sus escenas de sexo explícito limitan su alcance a una audiencia que pueda buscar algo más allá de la superficie.

A pesar de su polémica, La vida de Adèle sigue siendo una película que invita a la reflexión sobre la sexualidad, la identidad y la complejidad del amor, aunque no sin dejar un regusto amargo para aquellos que esperaban algo más trascendental.

Ver Tráiler

La vida de Adèle es una película que ha dividido tanto a la crítica como al público. Si buscas una historia visualmente impactante que explore los matices del deseo y la madurez, esta es una película que podría resonar contigo. Sin embargo, si lo que buscas es una narrativa más sólida y una exploración más profunda de los temas que toca, es posible que encuentres que la película no cumple con todas las expectativas.