Cuando hablamos de representación lésbica en el manga, no podemos ignorar los orígenes, los primeros suspiros de una narrativa que, aunque en muchos casos trágica o velada, abrió un espacio necesario para el amor entre chicas en la cultura japonesa.
En LesbiEstupenda nos sumergimos en cinco títulos fundamentales que han dejado huella tanto en la historia del manga como en los corazones de muchas lectoras lesbianas: Shiroi Heya no Futari, The Rose of Versailles, Dear Brother, Claudine y Rica ‘tte Kanji!?. Todas, a su manera, pusieron en palabras y viñetas lo que muchas jóvenes sentían y no podían nombrar.
1. Shiroi Heya no Futari (白い部屋の二人) – 1971
Autora: Ryoko Yamagishi
Por qué es importante: Considerado el primer manga yuri de la historia
Shiroi Heya no Futari, traducido como Las dos en la habitación blanca, es la piedra fundacional del género yuri. Publicado en 1971 en la revista Ribon, la historia transcurre en un internado femenino francés, un escenario que se volvería habitual en los mangas yuri posteriores.
La trama gira en torno a Resine, una chica dulce y tranquila, y Simone, su compañera de cuarto rebelde y apasionada. A medida que se conocen, una relación intensa y emocional comienza a desarrollarse, desafiando las normas sociales y la propia comprensión del amor de las protagonistas.
Lo trágico de la historia —spoiler: Simone muere— ha sido criticado por perpetuar la idea de que el amor entre mujeres no puede tener un final feliz. Sin embargo, en el contexto de los años 70, fue revolucionario mostrar explícitamente el deseo romántico entre dos chicas. Aunque se narrara con dramatismo, abría una puerta donde antes solo había silencio.
2. The Rose of Versailles (ベルサイユのばら) – 1972
Autora: Riyoko Ikeda
Por qué es importante: Introdujo personajes andróginos y relaciones homoeróticas con matices complejos
Un año después de Shiroi Heya no Futari, Riyoko Ikeda revolucionó el shojo con The Rose of Versailles, una epopeya ambientada en la Francia pre-revolucionaria. Aunque el foco principal está en Marie Antoinette, el personaje de Oscar François de Jarjayes se roba todas las miradas.
Oscar es una mujer criada como hombre para liderar la guardia real. Su aspecto andrógino y su fortaleza emocional capturaron a lectoras que veían en ella una figura que desafiaba los roles de género tradicionales. Las tensiones románticas entre Oscar y otras mujeres (como Rosalie o incluso Marie Antoinette en ciertas adaptaciones) tienen una carga homoerótica que, si bien no se explicita del todo, resuena profundamente con las lectoras lesbianas.
Oscar fue una pionera en la representación de personajes queer dentro del shojo manga, incluso sin ser explícitamente lesbiana.
3. Dear Brother (おにいさまへ…) – 1975
Autora: Riyoko Ikeda
Por qué es importante: Elevó el drama emocional y la tensión lésbica en los institutos femeninos
Si The Rose of Versailles fue una declaración estética, Dear Brother (también conocido como Oniisama e…) fue una exploración cruda del dolor emocional adolescente. Ambientada en un elitista instituto femenino, la historia sigue a Nanako, una chica de clase baja que accede a la escuela gracias a su inteligencia.
Allí conoce a un grupo de alumnas carismáticas y atormentadas, entre ellas Rei Asaka —apodada “Saint-Just” en homenaje al revolucionario francés—, quien mantiene una relación turbulenta y ambigua con su medio hermana Fukiko. Las relaciones de poder, los celos, el deseo y la autoaniquilación emocional se entrelazan en una narrativa intensa que, en su adaptación al anime (1991), se volvió aún más explícita y visualmente impactante.
Aunque ninguna relación se nombra como “lésbica”, la intensidad emocional y física entre los personajes femeninos no deja lugar a dudas.
4. Claudine (クローディーヌ…) – 1978
Autora: Riyoko Ikeda
Por qué es importante: Exploró la identidad de género y el amor lésbico desde una perspectiva trágica
Volvemos a Riyoko Ikeda, esta vez con Claudine, una historia adelantada a su tiempo. Claudine es una persona asignada mujer al nacer que desde pequeña se identifica como hombre. A lo largo del manga, vemos sus intentos de encontrar amor y aceptación en una sociedad que no comprende su identidad.
La historia se enfoca en su vida amorosa, principalmente con mujeres, lo que plantea una complejidad identitaria que toca tanto lo trans como lo lésbico desde una óptica de los años 70. El final, como en muchas obras de la época, es trágico, pero su relevancia radica en visibilizar un personaje con disforia de género y orientación homosexual en el manga de consumo popular.
5. Rica ‘tte Kanji!? (リカって感じ!?) – 1995
Autora: Amamiya Keiko
Por qué es importante: Primer manga yuri con un enfoque alegre, cotidiano y abiertamente lésbico
Saltamos a los 90 con Rica ‘tte Kanji!?, una bocanada de aire fresco después de décadas de tragedia. Rica es una joven universitaria que se muda a Tokio y descubre el barrio gay de Shinjuku Ni-chōme. Allí conoce a Miho, una mujer lesbiana con más experiencia, con quien empieza una relación amorosa.
A diferencia de sus predecesores, Rica ‘tte Kanji!? es alegre, optimista y presenta la vida lésbica con naturalidad. No hay finales trágicos ni metáforas ocultas. Rica es feliz siendo lesbiana, y su historia refleja lo cotidiano: salir del armario, tener citas, conocer la comunidad queer local, construir relaciones reales.
Este manga es fundamental para romper con el patrón de sufrimiento que marcó las décadas anteriores. Además, fue uno de los primeros yuri traducidos al inglés, lo que ayudó a internacionalizar el género.
La evolución del manga yuri no es solo una cuestión estética o narrativa, sino profundamente política. De los internados franceses de tragedias silenciadas a las calles de Tokio llenas de vida y comunidad, estas obras trazan un mapa de cómo las relaciones entre mujeres han sido representadas —y muchas veces reivindicadas— en el cómic japonés.
En cada título mencionado, hay un espejo posible. Algunas lectoras vieron sus sentimientos reflejados por primera vez en las miradas entre Resine y Simone. Otras se sintieron identificadas con la ambigüedad de Oscar, con la intensidad de Rei o con la simple ternura de Rica. Todas estas historias, aunque marcadas por su época, nos han traído hasta aquí.
Hoy, el yuri sigue expandiéndose con historias más diversas, con finales felices y con personajes que no tienen que sufrir para amar. Pero nunca debemos olvidar a las pioneras. Porque gracias a ellas, muchas entendimos que no estábamos solas.