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Tras la etapa pionera del yuri con obras como Shiroi Heya no Futari o The Rose of Versailles, el manga japonés comenzó a ofrecer relatos más diversos, psicológicos e incluso incómodos sobre el deseo entre mujeres.

En esta segunda ola —a menudo menos recordada pero igual de significativa— encontramos autoras que se atrevieron a mostrar las complejidades del amor, el deseo, el trauma y la identidad con nuevos lenguajes gráficos y narrativos.

Hoy en LesbiEstupenda repasamos seis títulos que dejaron huella en los años 90 y 2000: Love Vibes, Between the Sheets, Miyuki-chan in Wonderland, Hen, Pietà y Angel/Dust. Cada uno con su estilo único, todos aportan miradas distintas sobre lo lésbico, lo queer y lo femenino.

1. Love Vibes – 1996

Autora: Erica Sakurazawa
Por qué es importante: Muestra relaciones lésbicas con crudeza emocional y ambigüedad afectiva

Love Vibes cuenta la historia de Mako, una joven que termina su relación con un hombre y comienza a vivir con Mika, una mujer abiertamente bisexual y emocionalmente inestable. A través de viñetas íntimas y diálogos llenos de tensión, la historia explora el deseo, la dependencia y la ambivalencia emocional en las relaciones lésbicas contemporáneas.

Lejos de idealizar el romance entre mujeres, Sakurazawa nos ofrece una representación cruda y realista de los enredos afectivos, donde el deseo no siempre se traduce en estabilidad o reciprocidad. La bisexualidad de Mika también añade una capa de complejidad rara vez vista en ese momento.

2. Between the Sheets (シーツの隙間) – 1996

Autora: Erica Sakurazawa
Por qué es importante: Una historia sobre deseo obsesivo y manipulación emocional

Publicada apenas días después de Love Vibes, Between the Sheets es aún más intensa. La historia gira en torno a Saki, quien mantiene una amistad muy cercana con su mejor amiga Minako… hasta que empieza a acostarse con el novio de ella para mantenerse cerca. Pero lo más inquietante no es el triángulo amoroso en sí, sino la carga emocional con la que se describe el vínculo entre las dos mujeres.

Saki no reconoce su deseo por Minako como algo lésbico, pero claramente lo es. La forma en que se obsesiona con ella, la manipula y la desea es una radiografía del amor no correspondido y la represión, dibujada con un trazo tan delicado como doloroso.

No es una historia amable, pero es imprescindible si queremos hablar de deseo lésbico desde la complejidad.

3. Miyuki-chan in Wonderland (不思議の国の美幸ちゃん) – 1995

Autora: CLAMP
Por qué es importante: Yuri surrealista, humorístico y altamente sexualizado

Miyuki-chan in Wonderland es, sin duda, la obra más delirante de este listado. CLAMP —el célebre colectivo de autoras— nos presenta a Miyuki, una chica que cae en una versión erótica, caótica y cien por ciento femenina del País de las Maravillas.

Cada episodio la lleva a un universo diferente, siempre repleto de mujeres que la seducen, persiguen o abrazan con deseo. Aunque no hay relaciones explícitas ni desarrollo emocional, Miyuki-chan destaca por su estética sensual, su uso del yuri como juego y su atmósfera absurda.

Si bien muchas feministas han señalado su enfoque fetichista, otras lectoras lo reivindican como una explosión queer libre y sin tapujos, alejada del realismo y abierta a la imaginación erótica.

4. Hen (変) – 1991

Autor: Hiroya Oku
Por qué es importante: Una mirada desde el seinen al deseo lésbico con tintes absurdos y fetichistas

Hen, que significa “extraño” o “anómalo”, es un manga que genera opiniones encontradas. La historia sigue a Yoshida, una chica que se enamora de su compañera Azumi. Lo peculiar es que Hen fue publicado en una revista seinen —orientada a hombres adultos— y su enfoque tiene un tono claramente voyeurista.

Sin embargo, a pesar del humor absurdo y la sexualización evidente, Hen no ridiculiza a Yoshida por su orientación. Su amor, aunque exagerado y cómico, es tratado como legítimo dentro de la lógica del manga. Hay momentos de ternura, confusión, y una crítica a las normas heterosexuales que no pasan desapercibidas.

Puede que no sea la representación más progresista, pero sí es un ejemplo de cómo el deseo lésbico empezó a infiltrarse en publicaciones mainstream para hombres.

5. Pietà (ピエタ) – 2000

Autora: Nanae Haruno
Por qué es importante: Profundidad emocional, salud mental y amor entre adolescentes queer

Pietà es una obra serena, melancólica y profundamente sensible. Su protagonista, Rio, es una adolescente con tendencias suicidas y una historia de abuso familiar. En medio de su oscuridad aparece Sahoko, una chica amable y decidida que se convierte en su sostén emocional.

A lo largo del manga, se va construyendo una relación de amor que se siente real, pausada y transformadora. Lejos de los estereotipos del yuri trágico o fetichizado, Pietà apuesta por la sanación y el cuidado mutuo. El título alude a la famosa escultura de la Virgen María sosteniendo a Jesús muerto, pero aquí el mensaje es inverso: el amor entre chicas puede salvar.

Una obra ideal para quienes buscan una representación más humana, más lenta, más centrada en las emociones que en el sexo o la tragedia gratuita.

6. Angel/Dust – 2000

Autora: Aoi Nanase
Por qué es importante: Ciencia ficción, ángeles y deseo entre mujeres en clave fantástica

Terminamos este recorrido con una joya visual: Angel/Dust, una mezcla de ciencia ficción, romance y estética bishoujo. La historia gira en torno a Yuina, una chica común cuya vida da un giro cuando aparece Seraph, un «ángel» artificial con forma femenina que le pide fusionarse con ella para luchar contra otros seres.

El manga está lleno de simbolismo queer: desde la unión literal entre dos mujeres (una metáfora de intimidad), hasta el desarrollo de sentimientos románticos entre humana y ángel. La narrativa tiene momentos de acción, ternura y belleza etérea. Aunque el lesbianismo no se nombra como tal, el vínculo entre Yuina y Seraph tiene una carga romántica y erótica que no necesita etiquetas para resonar.

Angel/Dust fue parte de una ola de mangas que mezclaron lo espiritual, lo tecnológico y lo queer para hablar de identidad y deseo en nuevos lenguajes.

De la obsesión al consuelo: lo queer se diversifica en los 90 y 2000

Estos seis títulos nos muestran que el manga yuri —o con temáticas lésbicas— no es un género monolítico. Puede ser tierno o provocador, trágico o bizarro, introspectivo o abiertamente erótico. Lo que tienen en común es su capacidad de poner en primer plano las relaciones entre mujeres desde ángulos diversos.

Ya no se trata de susurros adolescentes escondidos en habitaciones blancas. Aquí hay pasión, frustración, deseo, cuidado, delirio, ternura. Y, sobre todo, hay representación. Porque ver a chicas que aman a otras chicas, con sus contradicciones y verdades, sigue siendo una necesidad.